Lorena Vialás En la cocina también existen los amores a primera vista. Quizá te parezca un poco exagerado, pero al probar estas galletas de mantequilla y limón sentí un flechazo indescriptible. Me he enamorado de ellas, de ese sabor ácido el limón combinado con la suavidad de la mantequilla, de su textura, crujiente en el primer bocado, pero que se deshace en la boca… ¿Ahora me crees?
Además de ser de esas recetas que te enamoran, es súper sencilla y perfecta para preparar una tarde con los peques de la casa, pero también para dejar boquiabiertos a tus amigos cuando vengan a tomar café a tu casa. ¿Las preparamos junt@s?
Antes de empezar…
- Lo ideal es tener todos los ingredientes preparados. Pésalos, ponlos en boles individuales y cpolócalos según el orden de integración en la mezcla, así será casi imposible que se te olvide echar alguno de ellos.
- Esta vez la mantequilla debe estar fría, recién sacada de la nevera, para conseguir la textura perfecta de la masa.
- La masa de las galletas de mantequilla y limón necesita un tiempo de refrigeración para adquirir la consistencia ideal. Calcula el tiempo que tienes antes de ponerte a hacerlas.
Ingredientes
– 225 gr. de mantequilla fría
– 150 gr. de azúcar blanco
– 1 huevo
– 2 cditas. de ralladura de limón
– 2 cdas. de zumo de limón
– 320 gr. de harina
Así se preparan las galletas fáciles de mantequilla y limón
Precalienta el horno a 170º C. Empieza mezclando -yo lo hago en un robot de cocina pero lo puedes hacer con unas varillas, sin problema- la mantequilla fría, cortada en daditos, con el azúcar. Una vez que consigas una mezcla homogénea, añade el huevo y continúa mezclando.
Una vez integrado el huevo, incorpora la ralladura y el zumo de limón, y sigue batiendo. Por último, agrega la harina, previamente tamizada, y mezcla bien hasta su completa integración.
A continuación refrigera la mezcla, en el mismo recipiente, durante unos 15 minutos. Pasado este tiempo, saca la masa y forma bolas no muy grandes con la ayuda de una cuchara de servir helados (también sirve una cuchara sopera) y colócalas en una bandeja de horno previamente forrada con papel sulfurizado. Deja una separación como de unos 4 dedos para evitar que se peguen entre ellas a la hora de hornearlas. Para terminar aplástalas con las manos y si quieres las puedes decorar con un tenedor (márcalas con los dientes del tenedor en ambos sentidos).
Hornea las galletas unos 12 o 15 minutos, o hasta que veas que empiezan a dorarse por los bordes.
12 minutos después…
Saca las galletas del horno y deja sobre una rejilla durante unos 30 minutos, y ya las puedes pasar a una fuente o a al recipiente donde vayáis a conservarlas.
¿Te animas a hacerlas y a contarme qué te han parecido?
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