Mi pasión por los bundt cake sigue siendo la misma, pero he de reconocer que los he tenido olvidados unos meses. y todavía no sé por qué. Porque adoro estos bizcochos, me encanta la jugosidad que tiene y, por supuesto, me flipa lo bonitos que quedan gracias a los moldes espectaculares que tienen marcas como Nordic Ware. Sin embargo, lo malo de tener tantos moldes, y eso que me controlo mucho porque si no tendría cientos, es que ¡se te olvida lo que tienes! El caso es que hace un tiempo abrí el armario donde guardo todos los moldes y pensé que no podía pasar un día más sin volver a hacer un bunt cake.
Y así ha sido. Como siempre, intento buscar nuevas combinaciones para probar y ver si funcionan o no. Y la mezcla de harina de espelta, manzana y canela, ¡ha funcionado perfectamente! Ha quedado un bizcocho súper rico, muy jugoso, gracias a la manzana, y con un toque cálido, gracias a la canela. Seguro que ya estás salibando, y no es para menos. ¿Qué me dices, te animas a preparar este bundt cake de espelta, manzana y canela?
Ingredientes
180 gr de harina de espelta
120 gr de harina de trigo
100 gr de azúcar de caña
1 cdita de sal
2 cditas de canela
1cdita de bicarbonato sódico
3 huevos L
300 ml de aceite de oliva suave
2 cditas de extracto de vainilla
50 gr de frutos secos crudos
3 manzanas pequeñas
Preparación del Bundt cake de espelta, manzana y canela
Elige el molde en el que vayas a hornear tu bizcocho y engrásalo, con un spray especial o con mantequilla, con ayuda de una brocha de cocina, o de un papel de cocina. Precalienta el horno a 180º.
En un bol, mezcla las dos harinas, previamente tamizadas, la sal, el azúcar, la canela y el bicarbonato sódico. En otro recipiente, mezcla los huevos, el aceite y el extracto de vainilla hasta lograr una consistencia homogénea.
Incorpora esta última mezcla a la de los ingredientes secos y bate lentamente, con unas varillas, hasta que la masa quede lisa y sin grumos.
Añade la manzana cortada en dados de unos 2 centímetros y los frutos secos picados, y distribuye por toda la masa con ayuda de una lengua o una espátula. Vierte el contenido en el molde, y recuerda no cubrir unos 4 dedos para que no se desborde. Da unos golpecitos con el molde para que se quiten las burbujas que pudiera haber en la masa y alísala con una espátula.
Hornea durante 30 o 35 minutos, dependiendo de tu horno. Pasado el tiempo, comprueba con un palillo y si sale seco estará listo. Deja enfriar sobre una rejilla 10 o 15 minutos, y desmolda -no dejes el bizcocho más tiempo dentro del molde porque puede romperse al desmoldarlo. Espera a que se enfríe unos 30 minutos más y ya puedes degustarlo.
Lo puedes tomar solo, porque está impresionante, o ponerle un poquito de glaseado de limón por encima, que puedes preparar con zumo de limón, azúcar glass y leche de avena, añadiendo más o menos líquido y azúcar, dependiendo del dulzor y de lo denso que quieres que sea.
¡Espero que te guste y que me cuentes con quién lo has compartido!