Siempre he sido una gran amante de los libros de cocina, de esos recetarios enormes que tienes que consultar sobre una mesa, a no ser que quieras hacer ejercicio de brazos a la vez que buscas la receta que quieres preparar. Tengo las estanterías repletas de recetarios, libros de consulta sobre repostería, guías sobre técnicas de cocina… sin embargo, es muy curioso que muchas de las veces que quiero buscar inspiración para cocinar un plato, para hacer una tarta, etc., me voy directamente al mundo virtual y me paso las horas muertas, la mayoría de ellas en Pinterest, degustando todo lo que cada amante de la cocina ha preparado con pasión, con sus trucos, sus consejos, sus fotografías -a las que dan ganas de dar un bocado-, los vídeos en los que te muestran el paso a paso para que no se te escape nada, enseñando toda su sabiduría gastronómica.
Tener un blog, donde poder recopilar todas esas recetas que preparas, es una manera fabulosa de crear un recetario no sólo para que los demás usuarios podamos acceder a ellas, sino para dejar tu huella y que, quien quiera que sea, algún día pueda llevar a su mesa esa tarta tan maravillosa que hiciste para el cumpleaños de tu hijo, ese plato de pasta que preparaste en aquella comida inolvidable con amigos, o las deliciosas tortitas que preparas todos los fines de semana para desayunar.
Gracias a la evolución del mundo digital, al auge de Youtube y de IGTV para Instagram, etc., cada vez es más fácil encontrar recetas en formato vídeo. Un formato genial que ha conseguido animar a colarse en las cocinas a personas que de otra forma nunca se hubieran animado a preparar un postre para llevar a casa de sus amigos, un guiso a fuego lento o un plato típico de la otra punta del mundo. Ver el paso a paso para elaborar una receta muchas veces nos puede ayudar a animarnos a probarlo, al comprobar que es más fácil de lo que pensábamos.
Después de mucho tiempo dentro de mis planes, por fin me he animado a probar este fantástico formato, y lo he hecho con una receta deliciosa que espero que al ver lo sencilla que es, os animéis a prepararla. Estos mini bund cakes, o mini bizcochos, de manzana y calabaza son ideales para cualquier ocasión. Cuando los pruebes los vas a querer tomar para desayunar, para merendar, para celebrar tu cumpleaños… Por supuesto, si no tienes moldes de mini bundt cake, los puedes preparar en cualquier molde para bizcocho, así como duplicar las cantidades para hacer una tarta para una ocasión especial. Una vez horneados te animo a que los personalices con tu toque especial, ya sea con chocolate fundido, con un glaseado de queso, con frutos rojos… ¿Cocinamos?
Ingredientes
3 huevos
65 gr. de azúcar
125 gr. de harina
1 cdita. de polvo de hornear (levadura tipo Royal)
1 cdita. de canela molida
150 gr. de puré de calabaza asada
150 gr. de manzana
50 gr. avellanas
Así se preparan los Mini Bundt Cake de calabaza y manzana
Espero que os haya gustado esta nueva receta y que me contéis qué toque le habéis dado. ¡Nos leemos!