Te aseguro que esta receta de bizcocho sin azúcar de espelta con fresas y arándanos se va a convertir en una de tus preferidas. Además, de estar para llorar de la emoción, como endulzante lleva dátiles y un poquito de miel. ¿Apetece?
Ahora que estamos todos en casa, y teniendo en cuenta que las clases no comenzarán hasta el próximo mes de septiembre, una de las tareas fundamentales es tener una buena planificación de lo que vamos a comer cada semana. La elaboración de un menú variado, no demasiado complejo, y que guste a todos nos puede ayudar a ahorrar tiempo en el día a día, y sobre todo a no enfrentarnos cada jornada a la típica pregunta: ¿qué comemos hoy?
Sin embargo, ahora que los peques también desayunan en casa también es una idea genial incluir en nuestra planificación de comidas, el desayuno. Desayunar variado, además de saludable, es un aspecto necesario si no queremos que los niños, y los no tan niños, se aburran de tomar siempre lo mismo. Por ello, podéis aprovechar para pensar cada semana uno o dos desayunos que prepararéis en casa, por lo que, además de más ricos, serán mucho más sanos.
Un desayuno perfecto
Los bizcochos son, sin duda, una de las opciones favoritas de casi todos y si es como este de espelta, fresas y arándanos, aún más. Aunque a los niños a veces les cuesta probar cosas nuevas, tenemos que intentar, en la medida de lo posible, que se acostumbren a no tomar siempre los alimentos de la misma forma, a no consumir demasiado azúcar, más verduras y frutas… Y este bizcocho es perfecto para que se animen a probar algo nuevo, es súper esponjoso y tiene esa jugosidad que le aportan las fresas. Además, no está endulzado con azúcar, sino con dátiles y miel. ¿Qué me decís nos vamos a la cocina?
Antes de empezar…
- Saca todos los ingredientes de la nevera, una hora antes. De este modo, será mucho más fácil de integrarlos en la mezcla y el horneado será más sencillo.
- Prepara todos los ingredientes para evitar que se te olvide alguno a la hora de añadirlos a la masa. Los puedes pesar y colocar en diferentes recipientes que puedes colocar en orden de incorporación para que sea más fácil.
- Intenta no mezclar demasiado la masa. Cuando veas que la harina está totalmente integrada ya puedes dejar de batir.
- Si te apetece más dulce puede añadir un poquito más de miel.
- Tamiza la harina, la sal y el bicarbonato, para conseguir una textura más suave en el bizcocho.
- Puedes hacerlo con fresas congeladas, pero deben estar cortadas en dados. Los arándanos los puedes echar directamente del congelador.
- Puedes hornearlo en un molde rectangular o en uno redondo de unos 20 cm. aproximadamente.
- Forra bien el molde con un papel sulfurizado. Así al sacarlo del horno será muy sencillo de desmoldar.
Ingredientes
– 2 huevos
– 85 gr. de dátiles remojados
– 1 + 1/2 cda. de miel
– 50 gr. de aceite de oliva
– 130 gr. de leche
– 2 cditas. de zumo de limón
– 180 gr. de harina de espelta
– 1 cdita. de bicarbonato
– 1/4 cidta. de sal
– 45 gr. de fresas
– 20 gr. de arándanos congelados
Así se prepara el bizcocho sin azúcar de espelta con fresas y arándanos
Precalienta el horno a 180º. Forra un molde rectangular con papel sulfurizado. En una jarra o similar mezcla la leche con las dos cucharaditas de zumo de limón, y reserva.
Escurre los dátiles que habrás puesto en remojo, uno 20 minutos antes, y pícalos en un procesador de alimentos o la picadora que tengas en casa. Añádelos a un bol grande e incorpora los dos huevos. Bate, con ayuda de unas varillas, unos dos minutos y añade la miel. Continúa batiendo, incorpora el aceite y mezcla bien hasta que esté totalmente integrado.
En otro recipiente mezcla la harina, el bicarbonato y la sal, previamente tamizados. Añade una tercera parte de los ingredientes secos al bol de los huevos, bate lentamente y agrega la mitad de la mezcla de la leche. Haz lo mismo con el resto de la harina y la leche, terminando siempre por la primera.
Lava bien las fresas, sécalas y córtalas en dados. Añádelas a la masa al igual que los arándanos. Integra con la ayuda de una espátula o una cucharada.
Pasa la mezcla al molde y hornea unos 30 minutos, aproximadamente. Comprueba con un palillo y si sale seco ya estará listo, si no lo puedes dejar unos minutos más, de 5 en 5 para que no se haga de más.
30 minutos después…
Saca del horno y deja que se enfríe sobre una rejilla. Deja pasar al menos una hora antes de consumirlo. Pasado ese tiempo ya podrás hincarle el diente y disfrutar de esta delicia a cualquier hora. Un último apunte: si no lo vas a consumir en las próximas 24 horas te recomiendo que lo conserves en la nevera, para evitar que con el calor las frutas amarguen.
Espero que os haya gustado y que me contéis si lo probáis.
¡Nos leemos aquí y, por supuesto, en las redes @lorenafoodstylist y LorenaFoodStylist!